PROYECTO DE BIOMONITORIZACIÓN CON LECHUGAS, DE LA CALIDAD ATMOSFÉRICA EN LOS HUERTOS URBANOS DE MADRID
¿POR QUÉ LOS HUERTOS URBANOS?
Los huertos urbanos siempre han estado presentes en la vida urbana, tomando un papel clave en circunstancias específicas como en épocas de guerra, periodos de crisis e incluso en maniobras de integración social y ambiental.
Las tendencias actuales apuntan a que los huertos urbanos están cada vez más incluidos en el rápido crecimiento de las ciudades; siguen siendo lugares con un importante compromiso social a parte de proveer alimentos de cercanía, aumentar la biodiversidad y sostenibilidad de las ciudades.
Un ejemplo este lo hemos visto con la crisis del COVID-19, donde 21 huertos urbanos de Madrid han respondido ante esta emergencia social donando sus cosechas a algunos colectivos necesitados.
Es por eso, que resulta indudable el importante papel que tienen estos espacios para la sociedad, por lo que es necesario visualizar su función e intentar incluirlos aún más en la vida de los urbanitas.
LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA
Según la ONU, 6,5 millones de personas mueren al año de forma prematura por respirar aire contaminado. Éste es un problema a nivel global que se hace más evidente en las ciudades y zonas urbanas, donde predominan las actividades emisoras de sustancias contaminantes.
El principal precursor de la contaminación local (afecta a la calidad del aire de una localidad concreta) es la quema de combustibles fósiles al generar partículas, carbono negro y ozono troposférico, siendo estos los principales contaminantes atmosféricos y los mayores causantes de problemas respiratorios y cardiovasculares.
En este estudio nos vamos a centrar en la contaminación por el material particulado (MP) o partículas en suspensión, que son sustancias sólidas o líquidas que se encuentran suspendidas en el aire presentando una gran variedad de tamaños, morfologías y composiciones químicas, lo cual incrementa su complejidad a la hora de determinar su nivel de toxicidad, así como sus efectos tanto en la salud humana como en el medio ambiente.
El MP está formado por productos químicos y/o biológicos tales como metales, sales, materiales carbonosos, compuestos orgánicos volátiles (COV’S), hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAH’S) y endotoxinas que, interactuando entre sí, forman compuestos diferente cuya repercusión en la salud humana está asociada con una respuesta genotóxica, mutagénica o carcinogénica.
LA BIOMONITORIZACIÓN
La función de la monitorización es la de llevar un control y seguimiento de los contaminantes presentes en la atmósfera para posteriormente determinar los efectos que tienen sobre el medio.
Como vemos, es necesario conocer la calidad del aire urbano, prestando una atención especial a las partículas, ya que a ellas se adhieren elementos trazas que, tras formar parte del aerosol urbano, pueden acabar introduciéndose en el organismo humano por inhalación o incluso incorporarse a las plantas, bien por absorción o por deposición superficial.
La biomonitorización, por su parte, trata de obtener información que no puede ser obtenida mediante los métodos físico-químicos, así como identificar los posibles riesgos para la salud humana y los ecosistemas, utilizando bioindicadores o indicadores biológicos, en nuestro caso, las lechugas.
EL PROYECTO
Se ha querido retomar y ampliar el proyecto que se comenzó el año pasado y que no se pudo concluir como consecuencia de COVID-19.
El proyecto consiste en evaluar la viabilidad de la biomonitorización de la contaminación atmosférica en huertos urbanos mediante plantas, con el fin de comprobar si dicha metodología puede ser aplicable a otras ciudades y crear, en un futuro, una red de biomonitorización de la calidad del aire a nivel global.
Adicionalmente, hemos construido un captador pasivo con el finde de poder comparar los datos obtenidos por el captador frente a los obtenidos por el biomonitor y así, además de comprobar su eficiencia, obtener unos resultados más consistentes sobre la contaminación en cada localización.
En cuanto a la selección de huertos, se ha querido cubrir toda el área urbana de Madrid, teniendo en cuenta su localización y diferentes niveles de contaminación según la afluencia de vehículos en la zona o, por el contrario, por situarse dentro de parque o jardines. Así se tratará de comparar si los niveles de contaminación atmosférica medidos de manera físico-química (datos de las estaciones de medición como información adicional) y captador pasivo, corresponden con los medidos en las superficies de las muestras vegetales por deposición atmosférica.
Los huertos urbanos seleccionados han sido los siguientes:
-Huerto privado en Dehesa de la Villa.-Arba, en Casa de campo.
-Esta es una plaza, en Lavapiés.
-Adelfas, en Vallecas.
-CSIC, en Nuevos Ministerios.
-Cantarranas, en Ciudad Universitaria.
En este caso, se han empleado lechugas “Lactuca Sativa”, variedad hoja de roble, adquiridas como plantones y trasplantadas a macetas de 3 L. El 9 de junio las lechugas fueron trasladadas a cada uno de los huertos, dejando 2 bandejas con 2 lechugas en cada uno de los huertos (un total de 4 lechugas). Cada una de las bandejas se dejó en un distinto punto del huerto con el fin de poder comparar, además de la variabilidad de la contaminación interhuerto, la posible variabilidad intrahuerto. Es IMPORTANTE no cambiar las bandejas de lugar, para así no variar el punto de exposición seleccionado desde el inicio del experimento. También se tuvo en cuenta que las bandejas no estuvieran depositadas en zonas en las que no hubiese nada que apantallase o crease alguna interferencia en la monitorización, asegurando, de este modo, una buena deposición del material particulado en la superficie foliar de las lechugas.
De las 4 lechugas de cada huerto, se pretenden analizar 2, una de cada una de las bandejas, de manera que la mitad de cada una será lavada y la otra mitad no para así diferenciar la cantidad de contaminantes absorbidos por las plantas de aquellos que tan sólo estarían depositados en la superficie foliar, así como la variabilidad de resultados existentes en el caso de ingerir la lechuga lavada o sin lavar.
El RIEGO riego debe de hacerse en la bandeja, para no lavar la lechuga y perder los contaminantes depositados sobre su superficie; aunque si se ve que la tierra está seca y que no le está llegando a la lechuga el agua suficiente, se puede regar la tierra de esta.
En cuando el captador pasivo ideado para este proyecto consiste en un equipo formado por los siguientes elementos:
-Bidón para recoger la posible agua de lluvia.-Filtro para la retención de partículas.
-Cilindro con agujeros en su parte inferior y abierto por arriba para la entrada de agua y/o partículas. Se introduce dentro del bidón y queda suspendido y agarrado en la boca del mismo. Este cilindro se ha realizado con una impresora 3D, al igual que el anillo donde se apoya (pieza cuya función es servir de soporte para el cilindro y que no se meta dentro del bidón). En el fondo de cilindro, queda encajado el filtro para la retención de las partículas, que, en caso de lluvia, será lavado y el agua se filtrará hasta caer en el bidón quedando las partículas en el filtro.
-Tapón de rosca negra, para asegurar la sujeción del cilindro, el anillo y el embudo.
-Embudo que se colocará con cinta aislante o de cualquier otro tipo encima de la apertura del bidón, sobre el tapón negro y cuya función es la de colectar el agua de lluvia que caiga.
Es IMPORTANTE asegurar que el cilindro se encuentra bien sujeto al bidón. En caso de que no sea así, unir el cilindro a la boca del bidón con cinta aislante y después poner la rosca negra y el embudo, que también se unirá con cinta aislante al bidón.
Debido al calor que hizo los días posteriores de depositar las lechugas, algunas de las piezas realizas con la impresora 3D se deformaron, por lo que, en algunos captadores, el cilindro con el filtro se cayó dentro del bidón. En alguno de los huertos en los que me he podido pasar, arreglé el inconveniente uniéndolo con cinta aislante, tal y como he señalado anteriormente; en aquellos que no me he podido pasar, ruego que se compruebe que el cilindro está dentro y en caso de que no se una molestia, se arregle como ya he mencionado.
También es IMPORTANTE que las lechugas se mantengan regadas, sería conveniente que la bandeja siempre tuviese agua y que las personas que vayan a los huertos cada diferente día de la semana tengan en cuenta que DEBEN DE TENER SIEMPRE AGUA EN LA BANDEJA, por si acaso pasa un largo tiempo hasta que vaya otra persona.
Si se considera que las lechugas pasan mucho tiempo expuestas al sol en el punto donde se dejaron (más de 4/5 horas) por favor, comentádmelo para evaluar la posibilidad de cambiarlas de lugar.
Pasado, mínimo, un mes desde la exposición de las lechugas en los huertos urbanos, se determinará un día para recogerlas y llevarlas al laboratorio del ETSI Minas y Energías de la UPM, así como la recogida del captador pasivo.
Una vez allí se procederá al pretratamiento de las muestras (lavado, secado), para su posterior ataque (ácido nítrico y peróxido de hidrógeno), digestión (a 90/95°C) y análisis por ICP-OES, donde se va a medir la concentración de contaminantes inorgánicos (metales pesados, ej: As, Hg, Ni, Cr, etc.) propios del MP, mencionado con anterioridad.
En el caso del captador pasivo, se analizarán los mismos elementos que en el caso de las lechugas, pero en este caso, a partir del MP que haya quedado adherido al filtro situado en el fondo del cilindro, también por ICP-OES.
Por último, cada semana la responsable del proyecto intentará ir a alguno de los huertos para ir viendo como avanza el proyecto. Agradecería que se le mantuviese informada de como avanza todo y de si hay algún problema con alguna de las lechugas, para poder solventarlo.
Muchas gracias por vuestra buena disposición y por ayudar a que este proyecto, que tanto esfuerzo y tiempo nos ha costado, pueda salir adelante.